Creo que soy buena persona en normal, pero en el fútbol sé que no lo soy en categórico. Soy un devoto simple y faltón: disfruto con mi equipo, pero me lo goce cuando al rival le salen las cosas mal y, si puedo, prefiero ver el partido en la anfiteatro de animación que con los comepipas. Por eso, cuando vi un videojuego de fútbol 2D en el que los ultras locales saltaban al campo para contar francachela, el título captó toda mi atención. Era Pixel Cup Soccer Ultimate Edition, y ya solo quería ponerle las manos encima. Tras unas horas a sus mandos puedo confirmaros que es todo lo que esperaba: un videojuego de fútbol arcade con tonada a clásico, pero además con humor muy afectado y una gran historia tras sus desarrolladores, Batovi.
Fundado en Montevideo, Uruguay, el estudio charrúa ha hecho sus pinitos en el demarcación del advergaming, es opinar, videojuegos con fines publicitarios para grandes marcas, pero además se hicieron un nombre en el demarcación balompédico con un primer esquema en 2010 llamado Zarpa Fútbol. Le siguió Pixel Cup Soccer 16 en los tiempos del torneo centenario de la Copa América y su secuela, Pixel Cup Soccer 17. Aunque el encaje llegó a Steam y Switch, el gran éxito de los uruguayos estuvo en iOS, plataforma en la que distribuyeron millones de unidades. La interpretación Ultimate supone el desenlace de todos los avances hechos en los pasos anteriores, construyendo una experiencia completa, ambiciosa y muy interesante para cualquier aficionado del fútbol clásico.
Envite por un esquema jugable como el de Pro Evolution Soccer, pero las diferencias con el encaje de Konami acaban tras la colocación de los ordenanza de disparo, chute, centro y pase al hueco: aquí impera el encaje de máquina recreativa, la simulación se le deja a los de siempre. El primer partido no puede sorprenderme más: mezcla un ritmo de encaje rápido y ágil con habilidades especiales que van desde los súper tiros dignos de Captain Tsubasa, las acometidas defensivas más bárbaras desde los tiempos de Pablo Alfaro o la alivio de las habilidades de sprint o regate al más puro estilo David Martínez de Cyberpunk: Edgerunners con su Sandevistan. El primer partido amistoso me pareció muy satisfactorio, pero decidí lanzarme a explorar otros modos hasta dar con el modo Carrera.
Cuando encaro el tercer partido de mi equipo, el Fakespanyol, mis ayudantes me instan a celebrar el día de las mascotas en el estadio. ¿Qué podría salir mal? Tras ser derrotado por los Cerveceros el sábado, el lunes llega la queja de un devoto: ha perdido a su puerco espín en el día de las mascotas. En otra reunión con los representantes del equipo, veo al fondo de la sala un extraño animal: ¡Es el puerco espín! Al comenzar el partido, no tarda en aparecer el puercoespín en el césped y sembrar el caos con sus púas. Volvemos a perder y yo ya me siento como Diego Martínez. Los dueños del club, frente a los malos resultados, me recomiendan contratar los servicios de una maga, a lo que desesperado, accedo. La contratación trasciende a los medios y se enteran los aficionados, que responden mi grotesca intrepidez lanzando basura y explosivos al campo en el subsiguiente partido. Y esto solo han sido tres jornadas del modo carrera.
El modo Carrera no es solo descabellado y divertido: encima es desafiante. Tienes a tu disposición una bandada de auténticos tuercebotas incapaces de hacer la o con un canuto que deberás mejorar partido a partido. Palmarás en las primeras jornadas, enfadarás a tus aficionados con tus decisiones surrealistas y deberás enfrentarte a las inclemencias del tiempo y los instrumentos emergentes que decidan ponerse entre tú y tu trofeo, pero progresarás. Podrás configurar a todo tu equipo, preparador y dejarlo a tu elegancia para encarar la temporada con éxito. ¿Ganas de otros desafíos? No dudes en enfrentarte a los distintos torneos de clubes e internacionales de Pixel Cup Soccer Ultimate, con equipos inspirados en sus homónimos reales de las principales ligas y selecciones del planeta fútbol.
Ya había perdido la esperanza de encontrar un encaje de fútbol desenfadado y divertido
Pero, como os digo, siendo el modo Carrera muy divertido, la verdad es que he quedado ensimismado con su jugabilidad normal. Porque uno ya había perdido la esperanza de encontrar un encaje de fútbol desenfadado y divertido, en el que pudieses tirar desde el centro del campo sin pensar en lo irreal que resultaría echar la meta debajo de un pepinazo sin fuste que se lleve por delante a unos pocos defensas y el guardameta. Yo pensaba que ya no había área para el fútbol capricho en los tiempos que corren y que la posibilidad de echar unas partidas con unas cervezas a un encaje de fútbol debían estar acompañadas de minutos previos en el editor de alineaciones mirando estadísticas y cambiando estrategias. No me malinterpretéis: me encanta todo eso, pero además me apetece tener la opción de lo otro y hacía tiempo que no la encontraba con tan buen elegancia y buen hacer. No miro a nadie, Dino Dini.
Hasta en lo visual toma decisiones estupendas: el encaje corre en Unity, y aunque los modelos tienen colchoneta bidimensional, la intrepidez de llevarlo a las tres dimensiones le permite mostrar preciosos estadios, magnífica iluminación y artículos estupendos durante el partido. Un poco de la música de Super Sidekicks o World Cup Italia 90 habría coronado la experiencia retrofutbolística definitiva que promete ser Pixel Cup Soccer Ultimate, pero la verdad es que creo que estamos frente a un encaje que puede ser disfrutado por nostálgicos y jugadores de todas las edades en Steam y pronto en Switch, plataforma en la que no tengo duda alguna que será un grandísimo éxito si llega a tiempo para el Mundial.